MENTALSUNSET: Consulta psicológica (parte 1)
Cómo seguramente habéis visto en la presentación de mi blog, me he graduado en Psicología, por lo que cuidar la salud mental es una prioridad importante en mi vida tanto a nivel personal como social. Por eso, creo que se trata de un tema que no puede faltar de ninguna forma en mi blog. Aunque me refiero más bien explícitamente, pues de alguna manera si que lo he tratado, ya que, como habéis podido comprobar si habéis leído mis relatos, tiendo a escribir historias de thriller o terror psicológico (no siempre, pero sí en su mayoría).
Asimismo, hace un tiempo, creé un Instagram de divulgación sobre salud mental junto a una buena amiga. Y, aunque actualmente no publicamos, debido a que ambas estamos demasiado ajetreadas por el momento para poder dar contenido de calidad, me gustaría rescatar alguno de los post para publicarlos y profundizarlos así en este blog, sobre todo ahora que nos encontramos en una época de pandemia y, por tanto, es importante cuidar tanto nuestro cuerpo como la mente.
Una vez dicho esto, ¿de qué hablaré en este post?
En una época en la que hemos sobre abusado de frases de 'Mr. wonderful', hay una tendencia en nuestra sociedad a exigirnos estar bien y a mostrarnos siempre felices, permitiéndonos en pocas ocasiones el poder estar mal o tristes. Una de las razones de ello es la poca capacidad que toleramos el sufrimiento, algo que en realidad el ser humano no está exento mientras siga siendo mortal y vulnerable; y, otra posible causa, es el hecho de que concebimos la TRISTEZA como algo malo.
Quiero recalcar este último aspecto, pues es importante aclarar que no hay ninguna emoción que sea buena o mala. Al fin y al cabo, TODAS las emociones tienen una función importante, una utilidad, sobre todo las más básicas (alegría, miedo, asco, etc.), las cuales se desarrollaron para nuestra supervivencia.
En concreto, la tristeza acontece cuando se da una pérdida (o duelo) que ha sido importante para nosotros (una ilusión, una expectativa, un vínculo,...). Pero hay algo que debemos tener en cuenta: evitar la tristeza es no escuchar el mensaje que nuestro cuerpo y mente está intentando mandarnos. Necesitas descansar, resguardarse en ti, mimarte o pedir ayuda si es necesario. Lo importante, por tanto, no es dejar de sentir emociones negativas, sino saber gestionarlas.
¿Mi consejo?
ÁBRETE a los pensamientos y emociones que te atraviesan tal como son: pensamientos y emociones. Lo importante es conseguir el equilibrio; es decir, no te hundas con ellos, pero tampoco huyas de ellos. Se ha demostrado, además, que cuando más intentemos negarlos o apagarlos más se aferraran a nosotros con más fuerza.
Las emociones, en este caso la tristeza, son como un bebé que llora desesperadamente para que su figura de apego le de cobijo: se calmaran si los atiendes y gritarán con más fuerza si haces lo contrario. Por tanto, no te asustes, no intentes evitarlos, estos vendrán y se irán. Piensa en ello como una ola en el mar, la cual te hundirá debajo del agua por algunos momentos para después poder salir a la superficie una vez desaparezca. Alguna de estas metáforas pueden ayudarte no solo a comprenderlo mejor, sino también ha saber canalizarlo de la forma más adecuada y saludable.
La ACEPTACIÓN es esencial. Pues, ¿acaso no damos la bienvenida con facilidad a la alegría cuando esta aparece? La tristeza forma parte de nosotros, igual que la alegría o toda la gama de emociones. La pretensión de no sufrir o tener que estar bien siempre no se ajusta a la realidad que la vida nos ofrece, pues a lo largo de nuestra vida nos encontraremos momentos difíciles que pueden ocasionarnos un gran sentimiento de tristeza.
CONÓCETE A TI MISMO. Es decir, comprende porqué estás triste, pero también la forma que te sirva mejor para canalizar dicha emoción y gestionarla. Cada uno es un mundo, pero, por ejemplo, en mi caso me sirve mucho escribir o dibujar, pues me permiten dirigir mi emoción y, a la vez, me aportan una gratificación personal. El arte suele ser una herramienta muy saludable para canalizar la energía de las emociones, sea o no la tristeza. Tu puedes intentar hacer lo mismo, pero si lo tuyo no es escribir hay miles de formas más, sea o no artísticamente.
Por otro lado, ¿qué tiene de bueno la tristeza?
1) LA TRISTEZA TE PERMITE FRENAR. Esto es esencial, pues, en una sociedad que está constantemente acelerada e idealiza la productividad, nos lo podemos permitir poco. Tu cuerpo te pide descanso, escúchalo.
2) LA TRISTEZA TE PERMITE REFLEXIONAR. La tristeza puede acontecer tras una perdida humana, sea por separación o por la muerte, pero también puede surgir cuando perdemos nuestro camino o la idea que teníamos sobre nosotros mismo u otros. En todos los casos, podemos aprender una importante lección: "aprender a valorar lo que tienes y a quienes te rodean o simplemente reafirmar tu personalidad y amor propio".
¿Qué no es lo que debemos hacer ante la tristeza?
1) NO REPRIMAS LA TRISTEZA. Cuando reprimimos la tristeza no estamos haciendo que desaparezca, sino que en realidad estamos provocando que esta salga de otra forma. Puede, por ejemplo, que estés somatizando (la fatiga, la tensión cervical, el dolor de cabeza o de estómago son muy comunes) y puede ser también que puedas sentirte más irritable de lo normal sin haber una razón aparente. Es decir, evitar la tristeza no va a conseguir que te sientas mejor.
2) NO TE AISLES DEMASIADO. Soy de las que piensa que todos necesitamos momentos para estar con nosotros mismos y que el que tiene problemas para estar solo, es una persona que no está bien con ella emocionalmente, por lo que creo que aprender de la soledad tiene una base muy saludable. Ahora, no estamos creados para vivir solos, sino que necesitamos a los otros para vivir, amar y estar bien con nosotros mismos. ¿Quién podría vivir sin sus amigos, su pareja, o incluso su perro? Asimismo, cuando uno se aíslas demasiado, puede hacer que esa tristeza persista durante más tiempo del que debería. Rodéate de personas que te quieran y te escuchan, apóyate en ellas cuando estés mal, aunque sin necesidad de depender de ellas para estar bien, desahógate con ellas y llora si es necesario, pero también ríe y disfruta a su lado.
3) NO MANTENGAS ACTITUDES AUTODERROTISTAS. La obsesión y la culpa son algunas de las formas de gestionar la tristeza, aunque no muy saludables, pues pueden provocar que nos consumamos más en ese estado negativo. Aquí es importante recalcar que, aunque todas las emociones sean útiles de por sí, estás dejan de tener un sentido cuando son disfuncionales.
Es importante diferencias la tristeza de la depresión, pues esto último es un trastorno psicológico mucho más complejo. Pero, la tristeza persiste durante mucho tiempo y, a parte de ella, has perdido la ilusión por hacer cosas que antes te gustaban, no tienes energías para hacer nada, has tenido cambios notables en tu apetito, tienes problemas con el sueño, te culpas o tienes pensamientos de inutilidad, o incluso de muerte, puede que estés delante de un cuadro depresivo. En este caso no estamos hablando solo de tristeza, por lo que no sigas leyendo este blog creyendo que puede servirte y pide ayuda psicológica de verdad.
Por último, ¿qué supone para mi la tristeza? REFLEXIÓN PERSONAL.
Todo lo que he escrito anteriormente, lo he hecho desde mi yo como psicóloga, pero, como todas las personas de este planeta, he sentido esta emoción y, por ello, quiero hablar de lo que ha significado para mi. En especial, creo que de toda la gama de emociones, la tristeza es a la que más fácilmente tiendo a sentir. Al principio, esta tendencia me suponía un carga emocional muy fuerte, que solo me generaba sufrimiento y estrés. Sentía que estaba desaprovechando mi vida, me sentía coaccionada a tener que hacer cosas que no iban conmigo y al mismo tiempo me callaba a mi misma por miedo a expresar lo que sentía, que no era divertida y que aburría a la gente, entre un sin fin de cosas que, en realidad, van mucho más allá de estar triste, pero que sí que tienen que ver con esa sensibilidad que puede ser compartida por aquellos que tendemos más a este tipo de emociones. A pesar de ello, en la medida que he madurado y reflexionado al respecto, aprendí a convivir con ella sin que me genere tanto malestar ni sea disfuncional. Sobre todo, a que no debo juzgarme y que no tengo porqué considerar como malo algo que forma parte de como soy. Además, que ello no significa que deje de reírme o disfrutar de las cosas, sino que simplemente no lo hago de la misma forma que la sociedad me lo exige y presiona. Por otra parte, aunque esta forma de ser me haga vulnerable, también me permite gozar de una sensibilidad sana y acercarme a los demás, aunque con pocos, de forma más íntima y completa; la cual, por cierto, que me llena y me hace feliz. En definitiva, convivo mucho mejor conmigo misma desde que no lucho contra la tristeza y ninguna de mis emociones. Y no es que haya dejado de sufrir, pues eso siguirá siempre allí lo quiera o no, sino que ha dejado de ser una carga.
Espero que os haya gustado esta pequeña reflexión.
Un saludo,
Mima.
¡Hola, Berta! Como mencionas, todas y cada una de las emociones son necesarias. De hecho, cuentan con más de cien mil años que así lo atestiguan, incluidas las negativas, entre comillas por supuesto. Parece que nuestra sociedad se niega a ellas, tanto como se niega la muerte. Es una especie de Mundo Feliz donde la soledad, la tristeza o el ensimismamiento se ven como algo disfuncional, cuando en mi opinión lo es más quien permanentemente ofrece una sonrisa.
ResponderEliminarLa tristeza y su expresión corporal es una señal de recogimiento, es la manera que nuestra mente nos pide ese "para lo que estés haciendo y reflexiona", el momento de lamer heridas y... recomenzar. Fantástico artículo, Berta. Un abrazo!
Muchas gracias David, espero que en el futuro podamos vivir en un mundo más tolerante y comprensivo con nuestra salud mental. Un saludo.
Eliminar