Relato: Tú y yo




Relato: Tú y yo

En las calles empedradas de una ciudad solitaria, vivía Amelia, una mujer aparentemente normal. Su vida transcurría entre la serenidad de su trabajo como bibliotecaria y la comodidad de su hogar. Sin embargo, algo oscuro acechaba su felicidad. Amelia, una mujer buena y entregada, comenzó a percibir sensaciones desconocidas e inquietantes a su alrededor.


—Daniel, ¿has estado usando algún perfume nuevo últimamente? —preguntó Amelia mientras olisqueaba el aire en la sala de estar.


—No, cariño. ¿Por qué lo preguntas? —respondió Daniel, desconcertado.


Esa noche no le quiso dar más importancia. “Serán paranoias mías”, se dijo a sí misma. Pero, entonces, una tarde, mientras ordenaba su dormitorio, Amelia encontró una prenda extraña en el cesto de ropa sucia: un pañuelo con estampado de cebra.


—Daniel, ¿sabes de quién es este pañuelo? —preguntó con cierta sospecha.


—¿No es tuyo, mi amor? —respondió sin ni siquiera inmutarse.


“Yo nunca me compraría algo así” pensó confundida. La única persona que había estado en casa durante esos días era su madre y no recordaba haberla visto con algo así. Cada día pasaban más y más cosas. Encontraba objetos cambiados de sitio, potes de comida abiertos antes de haberlos utilizado, un collar nuevo al gato, una mascarilla para el pelo diferente a la habitual, entre otras cosas incomprensibles. 


Amelia sentía que se estaba volviendo loca hasta que encontró algo que le disolvió todas sus dudas: encontró una mancha de pintalabios en la solapa de la camisa de su pareja. Un color vibrante y desconocido. El corazón le latió con fuerza, sus manos temblaban. La paranoia creció y se transformó en una obsesión por descubrir la verdad.


—Daniel, ¿quién ha estado aquí? ¿Por qué hay un pintalabios que no conozco en tu camisa? —cuestionó Amelia con una mirada llena de angustia.


—¿Cómo? Aquí no ha estado nadie. Lo habrás manchado intentando darme un beso—respondió Daniel con una mirada de confusión.


¿Se había maquillado alguna vez con un tono de labios parecido? No lo recordaba. Pero la cosa no acabó allí y cada descubrimiento aumentaba su angustia. Amelia encontró mensajes ambiguos, llamadas a horas extrañas y actitudes evasivas. Pero lo que más la atormentaba era la presencia persistente de ese perfume desconocido. Intentó confrontar a Daniel, pero sus respuestas eran vagas y confusas, alimentando aún más sus sospechas.


—Amelia, confía en mí. No hay nada de qué preocuparse. Quizás estás exagerando las cosas —dijo Daniel, tratando de tranquilizarla en plena discusión.


Una noche, incapaz de soportar más la incertidumbre, Amelia siguió a Daniel hasta un elegante bar en el centro de la ciudad. Lo observó desde la distancia, su mente torturándola con pensamientos oscuros. Fue entonces cuando lo vio, abrazando a una mujer con un aire de complicidad y sensualidad que desató la tormenta en su interior.


—¡Daniel! —exclamó Amelia al irrumpir en el bar—. ¿Quién es ella?


—Amelia, por favor, déjame explicarte —suplicó.


La mujer desconocida, mirándola con desdén, se presentó como Victoria, la "otra" en la vida de Daniel. Un escalofrío recorrió la espina dorsal de Amelia al escuchar esas palabras.


—Amelia, siempre he estado aquí. Solo que tú no querías verme —dijo Victoria con una sonrisa burlona—. Yo soy tu y tu eres yo.


En ese momento, pudo ver su rostro con claridad. Eran la misma persona. El golpe de la verdad fue devastador. Amelia, incapaz de aceptar lo que veía y escuchaba, comenzó a tambalearse en el borde de la locura. La realidad y la ficción se mezclaban en su mente, y Victoria la arrastraba hacia la oscuridad.


—¡No puede ser verdad! —gritó Amelia, luchando contra la realidad que se cernía sobre ella.


Amelia intentó alejar a Victoria de su vida. Pero la batalla interna se intensificó, y la línea entre realidad y fantasía se volvió borrosa. Amelia se sumergió en una espiral de confusión, incapaz de discernir entre su identidad y su alter ego.


—¡Déjame en paz! —suplicó Amelia, enfrentándose a su reflejo en el espejo.


La tragedia alcanzó su punto álgido cuando, en un momento de desesperación, Amelia intentó eliminar a Victoria de su existencia. Un giro inesperado llevó a una confrontación física consigo misma. En la penumbra de su mente, la lucha entre la bondad y la perversidad alcanzó su clímax.


El desenlace fue impactante. Amelia, exhausta y desgarrada por la batalla interna, finalmente se enfrentó a la verdad. Victoria no era una entidad externa, sino que era la manifestación de sus miedos, inseguridades y obsesiones. Se miró en el espejo, reconociendo la dualidad que yacía en su interior.

—Victoria, eres parte de mí. Pero no permitiré que me consumas —murmuró Amelia, decidida a encontrar la paz.



Comentarios

  1. La irrupción del sosias de Amelia es descoyuntadora, y además dando idea de lo pírrico que va a ser el esfuerzo de la protagonista, también has acertado al ponerle el nombre de Victoria, pues pretende triunfar, y la batalla psíquica, ya digo, agotadora. Muy original.
    J u a n Y S u H o r i z o n t e .🍀🌏

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  2. Nuestro Doble siempre está ahí. No hay que pelearlo, ahy que conocerlo y aceptarlo. Buen relato.

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  3. Tremendo, Berta. Una mujer al borde de la locura en lucha permanente consigo misma. Has plasmado muy bien su desconcierto y la confusión que va creciendo poco a poco en su interior. Muy buena historia.

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  4. Hola, Berta. Una mente que se desdobla y actúa a expensas de la otra, a tal punto que induce a la locura a la otra parte. Muy bueno
    Un abrazo

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  5. Este relato me atrapó desde el principio con su intrigante premisa. A medida que se descubren las pistas que sugieren la presencia de una figura misteriosa, sentí su creciente angustia y confusión. Me mantuviste al borde de mi asiento hasta el inesperado y conmovedor desenlace.

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  6. Muy bueno tu relato! Nos mantienes en vilo nada más empezar y nos vas angustiando a medida que pasa cada párrafo, hasta al final llegar a conocer a ese "alter ego" desconcertante, cuando nos pensábamos otra cosa! Je, je! Un abrazote y mucha suerte en el concurso!

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  7. Bueno. Parece que Amelia encontró el equilibrio... O por lo menos lo va a intentar.
    Un trabajo magnífico sobre la dualidad de la naturaleza humana.
    Que tengas mucha suerte en el concurso. Un saludo.

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  8. Hola Berta menuda lucha entre Amelia y su dualidad muy bien resuelto. Suerte. Un saludo.

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  9. Amelia y Victoria, alter ego por culpa del miedo, la inseguridad, los celos.... y yo que creía que elmarido era un cínico mentiroso jeje
    Buen trabajo, Berta.

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  10. Una lucha entre la dualidad Amelia - Victoria, muy buena historia, saludos.
    PATRICIA F.

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  11. Hola Berta,
    Tremendo relato, con un desenlace de lo más inesperado. Todo apuntaba a una infidelidad del marido, cuando en realidad, la otra era la parte de sí misma que ella parecía querer ignorar.
    Felicidades.
    Mucha suerte en el concurso.
    Un fuerte abrazo.

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  12. Muchas gracias, Berta, por participar con este relato en el homenaje a Italo Calvino y el El vizconde demediado. ¡Suerte!

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  13. Hola Berta. Que miedo encontrarse con una réplica física de uno mismo. Dicen que todos tenemos un sosias, pero que sea realmente uno mismo resulta aterrador. Esa sensación de miedo, desasosiego y de que la realidad se difumina por momentos está presente en tu relato, contagiándonos la angustia de la protagonista. Creo que todos tenemos una parte de nosotros que amamos y otra que odiamos, evidentemente Victoria es la parte de si misma que Amelia odia, y seguramente ocurrirá al contrario. Un abrazo.

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  14. Armarse de valor y tomar determinaciones no me parece demasiado. va a necesitar ayuda de su marido, que de momento dudo que fuera desconocedor de todo. Lo de " puedo explicarlo" huele a culpable que echa para atrás. En fin , que vamos a desearle suerte.
    Este relato ganaría mucho si no fuera conocido el tema de la convocatoria. Como relato suelto , me refiero.
    abrZp y suerte

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  15. Hola... que terrible eso de encontrarse de frente con nuestro otro yo, y mas terrible aun encontrarse con el hecho que parece divertirse mas que uno... ja ja.. En serio, por lo menos la protagonista logró identificar a tiempo su otro lado y establecer los correctivos necesarios para controlarlo.. Excelente relato, saludos

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  16. Hola, Bert. Muy inquietante tu relato en el que sabes bien ir subiendo la tensión del mismo hasta llegar a ese giro final. Dejas la puerta abierta en la última frase y a saber que camino toma para conseguir esa ansiada paz interior.
    Saludos y suerte.

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  17. Hola Berta una lucha entre las dos que nos lleva a pensar otro desenlace cuando el final es esclarecedor. Bien contado .Un saludo
    Puri

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